Santo Domingo.- El corazón de la auyama sólo lo conoce el cuchillo. Como el sufrimiento de las madres por sus hijos perdidos en el consumo de drogas que lo viven ellas y algunos familiares y allegados porque las acciones del adicto son tan evidentes y a veces tan peligrosas que no se pueden esconder como el secreto mejor guardado.
Los únicos que no se percatan del daño que se están haciendo a sí mismos y Leer mas…
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